En primer lugar, gran mérito de esta organización por llevar ya 15 años preparando este evento y, según he comprobado, cada vez con más asistencia.
En segundo lugar, que buen momento para nosotros los traductores e intérpretes. En este tipo de congresos puedes no sólo aprender un montón de cosas y reciclar conocimientos, sino también hacer contactos profesionales y, por qué no, incluso amistades.
Hace no mucho tiempo, yo era de las asistentes calladas y discretas, de esas que solo sabes que están ahí porque pagaron su cuota de inscripción y figuran en la lista. Hasta que un buen día, en Querétaro, un gran maestro me abrió los ojos: no se pierde nada por hablar con tus colegas, al contrario, solo hay algo que ganar. Y desde entonces, ¡no hay quien me pare!
Bueno, estoy exagerando un poco, vale, pero al menos, ya he perdido la vergüenza y aprovecho al máximo estos eventos para conocer gente y aprender más de este mundo apasionante. Espero con ansias el siguiente congreso (me gustaría decir, sea donde sea, pero lamentablemente, por el momento, tendré que elegir ubicaciones cercanas), y espero verl@s por allí.