domingo, 15 de enero de 2012

TRADUCIR ES AMAR

Ayer terminé, después de un año de arduo trabajo (sobre todo el tener que levantarse temprano los sábados por la mañana), un diplomado en Traducción Jurídica. Para los de allende los mares, en mi tierra natal, aclararé que no se trata de un diplomado como los de allá, vamos, que no es otra carrera ni nada, es un curso de un año en el que te especializas en traducción jurídica de inglés a español.
Mirando atrás pienso que ha merecido mucho la pena. Antes de empezarlo, me lo pensé mucho, pues ya tenía la   "experiencia" de traducciones en España, de la carrera y eso, y llegué a creer que sería un poco repetitivo. Pero me animé porque, al fin y al cabo, ¿cómo se mejora en la traducción si no es traduciendo? Y, lo dicho, no me arrepiento. Me ha servido para consolidar muchos de los pocos conocimientos que ya tenía, para adquirir muchos nuevos y para practicar, mucho practicar.
Mi profesora Michelle nos envió a las alumnas que terminamos el diplomado un regalo de graduación, en forma de poema que, con su permiso (bueno, aún no lo tengo, pero estoy segura de que me lo dará), reproduzco aquí, y que expresa lo que creo muchos traductores sentimos cuando nos ponemos a la labor. Gracias Michelle, y a todas las demás que han hecho posible este año.


TRADUCIR ES AMAR

Traducir es amar hasta perderse en la proposición del autor que nos habla de palabras y formas en el más grande secreto
Traducir es dudar
Traducir es aventurarse sobre la peligrosa cuerda floja que nos tiende el autor a través de sus palabras para que a su vez, el lenguaje nos invite a viajar
Traducir es aceptar olvidar
Traducir es ver en las palabras el centro de trabajo del otro, transformarse en su propio centro, su luz
Traducir es entrar en el universo de un texto que, palabra por palabra, nos conduce del asombro a la angustia, del juego del trabajo
Traducir es errar por los meandros de los signos
Traducir es despojarse de la lengua materna
Traducir es volver a habitar el cuerpo de la lengua
Traducir es subrayar humildemente, en la sombra, materia verbal
Traducir es creer que la torre de Babel puede ser armonía
Traducir es dejar que las palabras de otros nos invadan
Traducir es creer que todo es relativo
Traducir es respetar las palabras, devolverles en otra lengua su posible belleza analógica
Traducir es mirarse en el espejo
Traducir es dejar la arrogancia de nuestra propia lengua
Traducir es escuchar
Traducir es confiarse a los sentidos
Traducir es transformar al otro en él mismo
Traducir es creer que cada palabra es la primera
Traducr es dejarse atrapar por la música de las palabras
Traducir es observar
Traducir es deshacer y rehacer
Traducir es traducirse
Traducir es intuir
Traducir es callarse
Traducir es hablar
Traducir es vivir la paradoja de la atracción/repulsión
Traducir es experimentar que el yo es otro
Traducir es perder los propios medios
Traducir es dejarse seducir
Traducir es criticar
Traducir es entrar en el laboratorio del lenguaje
Traducir es hacer escuchar una voz
Traducir es hacer trampas
Traducir es rastrear, palabra por palabra, la intención del otro
Traducir es desligarse de su lengua
Traducir es contar de otra manera
Traducir es ser fiel
Traducir es seguir un camino
Traducir es descifrar
Traducir es pensar al pie de la letra
Traducir es atravesar
Traducir es quemarse las alas por alcanzar la luz
Traducir es amar
Claude Beausoleil